Top 5 maneras de usar una cancha de squash para desarrollar habilidades futbolísticas
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Existen muchas formas de entrenar como futbolista. Desde sprints hasta entrenamiento cardiovascular y de intervalos de alta intensidad, los futbolistas modernos se someten a entrenamientos constantes para desarrollar sus habilidades. Además de la condición física, es indispensable trabajar la técnica, lo que implica perfeccionar el control del balón, los pases y las jugadas a balón parado.
Un área de nicho fascinante dentro del entrenamiento de fútbol se encuentra en la cancha de squash. Este método sorprendentemente efectivo te permite desarrollar habilidades cruciales mientras refuerzas tus atributos físicos. Al enfocarse en la agilidad y los tiempos de reacción, trasladar el entrenamiento de fútbol del campo a la cancha de squash ofrece múltiples beneficios.
Entrenamiento futbolístico con el squash
Aunque estos dos deportes rara vez se solapan, sí lo hacen en un ámbito particular: las plataformas de apuestas en línea. Los mercados de apuestas de fútbol son naturalmente prominentes en los sitios web de apuestas deportivas. Si bien el mundo de las apuestas en el fútbol es muy amplio, también existen numerosas casas de apuestas para el squash, que comparten mercados para la acción en cancha en eventos como el PSA World Tour. Sin embargo, hay otra área interesante en la que ambos deportes se cruzan: el entrenamiento. A continuación, se presentan las 5 mejores maneras de utilizar una cancha de squash para potenciar las habilidades futbolísticas.
Pases contra la pared
Una de las grandes ventajas de la cancha de squash es que las paredes se pueden utilizar como un compañero de entrenamiento constante. Al ubicarse a pocos pies de la pared frontal, es posible pasarle el balón. Empleando diferentes partes del pie para pasar y controlar el balón al rebotar, se desarrolla una memoria muscular valiosa para el día del partido.
Los pases contra la pared resultan una forma fantástica de entrenar el control del balón, pudiendo variar los ejercicios de forma específica. Por ejemplo, se puede establecer que el balón deba golpear la pared por debajo de la línea del tin o entre esta y la línea de servicio. También es posible hacer que el balón rebote en dos paredes y, tras un toque para controlarlo, deba volver a pasarse.
Este tipo de ejercicio no sólo mejora la precisión de los pases, sino que también desarrolla mejores primeros toques bajo presión (al estar más cerca de la pared) y facilita la comprensión de la trayectoria del balón.
Controlando un balón alto
Al patear el balón hacia arriba contra la pared frontal de la cancha, se genera una trayectoria elevada al regresar. Este ejercicio es ideal para desarrollar la habilidad de utilizar diferentes partes del cuerpo, además de los pies, para manejar balones altos, una situación muy común en el fútbol.
Aunque se puede incorporar la práctica de cabezazos, trabajar el control con el muslo y el pie resulta fundamental para enfrentar balones altos en un partido real. Además, este ejercicio es excelente para aprender a recibir y manejar de forma instintiva distintos tipos de pases que no siempre llegan directamente a los pies.
Control en espacios reducidos
El espacio limitado de una cancha de squash es muy diferente al de un campo de fútbol expansivo, pero aprender a controlar el balón en espacios reducidos es una gran habilidad para desarrollar. Esto se puede hacer de un par de maneras en una cancha de squash.
Una es trotar alrededor del borde de la cancha mientras se pasa el balón a la pared y se recibe en movimiento, simulando un pase y devolución rápida, con el objetivo de acostumbrarse a toques ágiles.
Otro método es limitarse a un cuadro de saque y disparar la pelota en diferentes ángulos y distancias alrededor de la cancha. Esto ayudará a mejorar la conciencia espacial, así como el control cuando la pelota regresa.
Uso de las líneas para ejercicios
Las líneas de la cancha de squash también son ideales para complementar el entrenamiento físico. Realizar desplazamientos laterales tocando las líneas con la mano o el pie contribuye a desarrollar fuerza y agilidad en los pies. Además, la cancha es perfecta para practicar sprints cortos, arrancando desde una posición estática en la parte trasera y frenando antes de llegar a la parte frontal.
Squash sin raqueta
Se puede desarrollar una amplia variedad de habilidades futbolísticas jugando una versión de squash sin raqueta y utilizando un balón de fútbol. No es necesario que el balón sea de tamaño completo; emplear uno más pequeño hace que el control sea aún más desafiante. Este ejercicio, además de resultar divertido, entrena la agilidad, los tiempos de reacción, la condición física, el control y la movilidad.