Imanol se despide de Anoeta con el puño en alto: '¡Eskerrik Asko!'
Despedida de sueño.
Imanol Alguacil vivió una noche mágica e inolvidable en su último partido como entrenador de la Real Sociedad. El Reale Arena fue testigo de una despedida cargada de emoción, con victoria incluida ante el Girona por 3-2 y un ambiente que reflejaba gratitud y respeto por una era histórica.
Desde antes del inicio, Anoeta se vistió de gala: un tifo gigante cubrió la grada, mientras un mosaico azul y blanco rodeaba a Imanol, quien sostenía con fuerza una bufanda txuri-urdin. Era el último baile del técnico tras ocho años al mando del primer equipo, y tanto jugadores como aficionados lo sabían bien.
Con el pitido final, tras un gol agónico de Mariezkurrena en el descuento, todo el estadio estalló en una ovación. Imanol, con el puño en alto y los ojos vidriosos, recorrió la banda entre aplausos, gritos de “¡Eskerrik Asko, Imanol!” y abrazos sinceros de su plantilla.
Fue una despedida a la altura del legado que deja: clasificaciones europeas, un título de Copa y, sobre todo, una conexión única con la afición. “Con el puño arriba, Imanol dijo adiós ovacionado por toda su afición”, relatan medios locales. El gesto, simbólico y poderoso, quedará grabado para siempre en la memoria de San Sebastián.
Aunque la Real no se jugaba nada en lo clasificatorio, el partido tuvo el sabor especial de las grandes noches. Y esta vez, el protagonista no estaba en el campo, sino en el banquillo. Imanol cierra una etapa brillante con una última victoria, un último abrazo colectivo… y un último puño alzado al cielo.