- Hace exactamente un año el FC Barcelona perdía 4-0 ante el Liverpool
- Reabrió y profundizó la eliminación de Roma la temporada anterior
- Es una de las máximas humillaciones de la historia del club
El FC Barcelona llegaba a Anfield advertido. Ya la Roma le había levantado un 4-1 la temporada 2017/18 y es por ello que el Barça sabía qué tipo de partido no tenía que hacer para llegar a la final.
Lejos de ser un punto a favor, el haber quedado fuera de la Champions de esa forma en Roma un año atrás hizo que el Barça sintiese todavía más presión cuando Origi marcó en el minuto 7.
El club catalán había recibido un gol tempranero, algo que sabía que tenía que evitar.
A diferencia de lo que sucedió en Roma, los culés reaccionaron. Messi tuvo una en boca de gol pero Alba le lanzó el pase atrás en vez de ponérsela adelante para que, en carrera, rematara a portería. Esto hizo que el 10 se demore y le quiten el balón antes de sacar el disparo.
Coutinho tuvo el gol para su perfil a pase de Messi. Era un balón perfecto, ideal para que la enganche con la diestra y remate fuerte y al segundo palo. Esos remates imposibles que solía sacar precisamente en Liverpool. Cou no soltó el pie y se la regaló inexplicablemente a Alisson.
Ese gol salvador también lo podría haber marcado Suárez o Alba, ambos a pase de Messi, o el propio Leo que se chocó con Alisson en otros dos intentos tras jugadas personales, pero no era el día del Barça.
El equipo culé fue superado en intensidad, agresividad, ganas. Los reds, sin Salah ni Mané pasaron por arriba del tibio y mimoso equipo de Valverde. Un equipo tan timorato que recibió un gol, el cuarto, tras un saque rápido de córner de Alexander-Arnold, la defensa no estaba colocada y Origi batió a un ter Stegen que lejos de ser el salvador de otras noches no realizó una sola parada.
¿Crees que se puede repetir este partido? ¿Ha superado el Barça este palazo? Así celebró el Livepool tras la gesta: