El análisis del Athletic 3-2 Barça se resume en errores puntuales que le han dado la Supercopa al cuadro bilbaíno. Fue un partido chato y plagado de defectos propios del tipo de equipo que son ambos contendientes. Recordemos que hablamos del 12º clasificado y del peor Barça del siglo XXI.
Los blaugranas pudieron haber ganado este trofeo pero fallos de nivel amateur han hecho que los culés se marchen de Sevilla con las manos vacías. Aquí señalamos los 4 más trascendentales:
Encajar un gol tras haber marcado
El Barça no había empezado bien la final de la Supercopa. El Athletic lo dominó posicionalmente y le cortó los circuitos de juego que había encontrado en San Mamés. Sin embargo, un chispazo de Messi terminó, tras combinación con Alba, en el gol de Griezmann. El gol había llegado y prometía cambiar la dinámica del partido. Pero el Barça encajó tras un minuto y medio después.
No marcar a Iñaki Williams... dos veces:
Ese gol del 1-1 del Athletic también merece análisis y crítica. Iñaki Williams tiene mucho tiempo y espacio para girarse, levantar la cabeza y enviar el pase al espacio. Un tiempo y espacio que también tuvo en el gol del 2-3. Increíblemente, en el mismo sector del campo en el que la defensa le dejó lugar al delantero para inventarse el primer gol, le cedió la oportunidad de sacar un remate imposible de parar para Ter Stegen minutos después.
La infracción de Lenglet, inentendible
Si hay una debilidad en este Barça esta es el balón parado. Da la casualidad que el Athletic es fuerte en ese tipo de envíos aéreos. El Barça lo notó sobre el campo en el minuto 57 cuando una infracción en el lateral del área derivó en el gol de Raúl García. Por suerte para el Barça, el VAR anuló ese tanto por un fuera de juego milimétrico. En la jugada siguiente, el Barça vuelve a conceder una infracción exactamente en el mismo lugar, por fortuna, esta vez el golpeo no fue tan preciso.
Esto que vimos a la hora del partido fue un preludio de lo que sucedió sobre el final. En el minuto 90 el Athletic parecía vencido, el Barça lograba tener posesiones largas y los intentos del conjunto bilbaíno eran acciones individuales en solitario con poco éxito. En una de estas jugadas a puro coraje de un jugador del Athletic, Lenglet comete una infracción tonta, imperdonable, muy evitable. El futbolista rival ya había lanzado el balón demasiado largo y tenía pocas chances de seguir la jugada. Así, de un balón parado, llegó el 2-2. El Barça ya estaba acariciando la Copa.
Pedri y Dembélé faltaron en la prórroga
Culpar a Koeman por la derrota es un cliché que probablemente esté demasiado utilizado. Pero lo cierto es que la ausencia de Pedri y, sobre todo, de Dembélé en los 30 minutos adicionales se han sentido demasiado. Se ha echado en falta tener a un extremo puro en el equipo para ganar en profundidad por banda en la prórroga. Quizás Konrad tuvo que haber sido uno de los futbolistas de banquillo. El holandés ha pecado de precavido prácticamente desde el planteamiento inicial. Un poco más de atrevimiento con una plantilla superior se hubiese agradecido.
Estos errores, por lo general, se marcan a posteriori, en frío, con el resultado del partido en mano y tras revisar jugadas que son producto de la sorpresa de un deporte que es denominado como 'dinámica de lo impensado'. En esta ocasión, se da la particularidad que el Barça fue advertido, en el mismo transcurrir del partido, de todos los fallos que ha repetido con una diferencia de minutos.
Para un equipo de élite, que aspira a luchar por Champions ante rivales como Liverpool o Bayern Múnich, este tipo de fallos en la lectura de situaciones del partido rozan el ridículo.
