Hemos escuchado en estos últimos días que la selección de España necesita un centrodelantero, que le falta gol, que le necesita de ese nueve que le de el último toque a las jugadas. Postulados que a los aficionados del Real Madrid y del Barça les suenan demasiado.
Tras no marcar ante la Real Sociedad, en la primera fecha, y antes de que Benzema marque su primer gol en la última jornada, la necesidad de un 9 era tema de Estado en el Real Madrid. "Benzema juega para el equipo y aporta mucho, pero no ese killer que necesita el Madrid".
Esta idea también se está repitiendo bastante en el Barça. Tras no poder fichar a Memphis Depay y luego de quedar igualados en uno ante el Sevilla, los culés empezaron a plantearse que con el delantero del Lyon Koeman hubiese tenido ese jugador ideal para jugar de 9. Parece que Messi, en su versión de 33 para 34 años, juega mejor lejos del área y no tanto dentro de ella. Muchos se refugiaron en el clásico "falta un 9, por eso falta gol", para explicar el motivo de la igualdad.
Lo cierto es que el propio Barça en sus momentos más brillantes con Guardiola e incluso el propio Real Madrid en la Liga pasada, han demostrado que, cuando no se tiene un 9 rematador conozca con naturalidad el puesto, se pueden trazar otros planes para que otros jugadores lleguen a posición de remate acompañando la jugada.
En ocasiones el gol se resiste simplemente por falta de fortuna o porque el rival también juega. La selección de España es el fiel reflejo de esto. Hace un mes, cuando la Roja le marcó cuatro goles a Ucrania nadie hablaba de la falta de un 9, hoy, parece ser dogma la necesidad de un ariete.
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